La infancia es siempre convocada en un tratamiento psicoanalítico, es ahí donde se puede descubrir el encadenamiento lógico de los acontecimientos de la vida, es decir lo que cada uno fue para el deseo de los padres.

La práctica analítica se apoya en el inconsciente y en la estructura que lo determina. El síntoma es una manifestación de que el inconsciente existe.

El niño para el psicoanálisis es un sujeto al que se le atribuye el poder de pensar, de sufrir y de ser escuchado como tal. La clínica actual tiende a interpretar los síntomas de los niños como comportamientos negativos e inapropiados, busca hacer desaparecer rápidamente  estas conductas, por lo que interviene corrigiendo el síntoma, sin ni siquiera preguntarse qué sentido y   función particular tiene para el sujeto. El psicoanálisis, sin embargo, busca saber la causa inconsciente que lo determina.

En la sociedad actual, el niño encarna el ideal de felicidad de las familias, está a menudo invitado a responder a este ideal que él simboliza, cuando no es así, pasa a  ser un síntoma para la familia. Se le pide que se adapte a situaciones familiares y procesos vitales complejos sin que manifieste ninguna sintomatología, y si fracasa, entra en el mundo de las evaluaciones psicológicas y los diagnósticos. El niño es entonces identificado, medido, clasificado y etiquetado. Parece que lo importante es nombrar la enfermedad y prescribir el tratamiento farmacológico lo antes posible, como única respuesta . ¿Dónde ha quedado la clínica del médico y del psicólogo que velaba por el sujeto y tenía en cuenta su palabra?.

Considero que algunos síntomas de los niños pueden ser formas de manifestar su angustia o responder a la de sus padres,  un modo de protegerse de las expectativas de padres demasiados exigentes ,  como respuesta al declive de la función paterna, así como dificultades en el proceso de separación.

La terapia es un trabajo de acompañamiento a padres e  hijos con dificultades, ofrece un efecto de alivio, apaciguamiento y esclarecimiento de las causas que determinaron la sintomatología, permitiendo poder hacer un cambio subjetivo que le permita elegir nuevas elecciones acordes a sus intereses y deseos.

                                                                                                                                                             Mª Carmen Pérez Sánchez

                                                                                                                                                             Psicóloga Clínica